Judith C. Wilson fue una destacada filántropa y empresaria británica que nació en 1944 en Sudáfrica. Se trasladó a Reino Unido a los 18 años para estudiar literatura inglesa en la Universidad de Cambridge.
En 1972, se unió a su esposo David Wilson para fundar el grupo empresarial Wilson Bowden, una empresa de construcción y propiedad que llegó a ser una de las más grandes de Reino Unido. La compañía se destacó por sus diseños de viviendas asequibles, y Judith se concentró en la promoción de la calidad de vida y la construcción sustentable.
Wilson también fue reconocida por su labor filantrópica en su comunidad local, donó grandes cantidades de dinero a la caridad y se involucró en la promoción de la educación y las artes en su ciudad natal.
En 2012, se retiró de Wilson Bowden para dedicar su tiempo a la literatura y la poesía. Publicó varios libros y fue colaboradora habitual de la BBC Radio Leicester. Falleció en 2017 después de una breve enfermedad.
Dan Greenburg y Judith C. Wilson se conocieron en una cafetería en el centro de Nueva York. Dan estaba sentado en una mesa, escribiendo en su libreta, cuando Judith entró y se acercó a la barra para hacer su pedido. En ese momento, Dan levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Judith. Quedó impresionado por su belleza y por la chispa que parecía haber en su mirada.
Después de que Judith hizo su pedido, caminó hacia la mesa donde estaba Dan y le preguntó si podía sentarse con él. Dan, sorprendido, asintió, y Judith tomó asiento frente a él. Comenzaron a charlar sobre la vida en la ciudad y descubrieron que tenían mucho en común. Dan estaba fascinado por el trabajo de Judith como investigadora privada, y ella se interesó por los libros que él estaba escribiendo.
El resto de la tarde pasó volando mientras hablaban y reían juntos. Al final, intercambiaron números de teléfono y se despidieron con la promesa de volver a verse pronto. A partir de esa tarde, Dan y Judith se convirtieron en amigos cercanos y compañeros de escritura. Juntos, escribieron muchos libros y compartieron innumerables aventuras en la ciudad que amaban.