Jukori Masoriki ha pasado gran parte de su vida explorando diferentes culturas alrededor del mundo. Su amor por aprender sobre las tradiciones de otros pueblos comenzó cuando era un joven viajero, y desde entonces ha estado en una búsqueda constante de conocimiento. Ha estudiado las artes marciales japonesas y la filosofía Zen, ha aprendido a tocar el hang drum en India y ha vivido con tribus indígenas en Sudamérica. En cada una de estas experiencias, Jukori ha encontrado un sentido de conexión y propósito que lo ha llevado a seguir explorando. Ahora, en su hogar en la montaña, se dedica a enseñar a otros lo que ha aprendido y a compartir su amor por la vida. Inculcado en su personalidad es el respeto por la naturaleza y los seres humanos, y la creencia de que todos estamos conectados en un nivel profundo. Jukori sigue buscando nuevas oportunidades de crecimiento y se emociona por lo que el futuro puede traer.
Un día soleado de verano, Jukori-Masoriki se encontraba caminando por el parque cuando escuchó una hermosa voz cantando en el escenario. Se acercó para ver quién era la cantante y allí estaba Anjelica-Lewis, con su guitarra en la mano y los ojos cerrados.
Jukori-Masoriki quedó hipnotizado por su música y decidió acercarse a ella después de su actuación para felicitarla por su talento. Anjelica-Lewis se sorprendió al ver a Jukori-Masoriki acercándose a ella, pero al ver que era amable y respetuoso, comenzaron a hablar y a descubrir que compartían intereses similares en la música y la literatura.
Con el tiempo, sus encuentros casuales en el parque se convirtieron en citas más formales, donde descubrieron que también compartían el mismo sentido del humor y la misma pasión por la vida. Jukori-Masoriki y Anjelica-Lewis se enamoraron profundamente y desde entonces se han convertido en una pareja inseparable, siempre apoyándose y animándose mutuamente en todas sus aventuras.