Jules Salkin fue un artista y diseñador gráfico nacido en 1926 en Nueva York. A lo largo de su vida, trabajó en diferentes medios, como la pintura, la escultura, la ilustración y el diseño gráfico. Comenzó su carrera como ilustrador para revistas y periódicos, pero más tarde se interesó por el diseño gráfico y trabajó en agencias de publicidad y empresas de diseño en Nueva York.
En la década de 1950, Salkin se mudó a Francia, donde tuvo la oportunidad de trabajar con artistas como Jean Cocteau y Salvador Dalí. También comenzó a trabajar en el diseño de exposiciones y trabajó en el pabellón estadounidense en la Exposición Universal de Bruselas en 1958.
De vuelta en los Estados Unidos, Salkin tuvo una carrera exitosa en el diseño gráfico, creando diseños para importantes empresas y productos, como la revista Vogue, IBM, American Airlines y las zapatillas Keds.
A lo largo de su vida, Salkin también se dedicó a la pintura y la escultura, y sus obras fueron exhibidas en galerías de todo el mundo. Falleció en 1995 en Nueva York, dejando un legado duradero como uno de los diseñadores gráficos más influyentes de su generación.
Como modelo, Linn Thomas trabajó con el fotógrafo Jules Salkin en varias ocasiones a lo largo de su carrera. Salkin es conocido por su fotografía glamorosa y sus retratos de celebridades, y ha colaborado con muchas famosas como Pamela Anderson, Jenny McCarthy y Cindy Crawford.
Linn Thomas y Jules Salkin trabajaron juntos en numerosas sesiones de fotos, incluyendo algunas para la revista Playboy. Thomas es reconocida por su belleza y su encanto, lo que la convirtió en una de las modelos más solicitadas de la época. Por su parte, Salkin ha sido premiado como uno de los fotógrafos más destacados en el mundo de la moda.
A lo largo de su carrera, Linn Thomas trabajó con muchos fotógrafos y artistas, pero la relación con Jules Salkin es una de las más destacadas debido a la calidad y el impacto de las imágenes que crearon juntos. A pesar de que su relación profesional llegó a su fin hace muchos años, aún se recuerda su trabajo juntos como muestras de la belleza y el arte en su máxima expresión.
Un día soleado de verano en Nueva York, Lynn caminaba por el parque cuando notó a Jules sentado en una banca, dibujando con lápices de colores en su cuaderno. Lynn quedó cautivada por la concentración y delicadeza con la que Jules dibujaba.
Sin querer interrumpirlo, se sentó en una banca cercana y empezó a leer un libro. Sin embargo, los ojos de ambos se encontraron en varias ocasiones, hasta que finalmente Jules la miró fijamente con una sonrisa.
Lynn no pudo evitar sonreír también, y en un acto de valentía, se acercó a preguntarle si podía ver sus dibujos. Jules, emocionado por el interés de Lynn, le mostró sus bocetos y el comienzo de una amistad que duraría muchas décadas.
Desde entonces, Lynn y Jules se volvieron inseparables, y compartieron su amor por el arte, la música y la vida en la ciudad de Nueva York. Nunca olvidaron aquel día en el que sus miradas se encontraron en el parque, y siempre agradecieron al destino por unirlos para siempre.