Julia Holcomb era una mujer apasionada por la literatura clásica y la música rock de los años 70. Siempre había soñado con viajar por el mundo y conocer diferentes culturas. La vida la llevó a trabajar en un pequeño café en el centro de la ciudad, donde conoció a su mejor amigo y también a quien alguna vez fue su amor platónico. Aquel chico delgado, de cabello largo y ojos azules, tocaba la guitarra como nadie más en el mundo. Julia y él comenzaron una historia de amor, que los llevó a vivir los momentos más hermosos de sus vidas juntos. Pero como suele suceder en la vida real, el destino les tenía preparado un giro inesperado en su historia. Julia aprendió a ser fuerte y a perdonar, encontrando en su corazón el amor por la vida y por sí misma. Julia seguía luchando por sus sueños y era feliz sabiendo que había encontrado en sí misma la fuerza para superar las adversidades y encontrar la felicidad.