Justin Rogina, un exitoso empresario, ha pasado gran parte de su vida viajando por todo el mundo para expandir su compañía de tecnología. Pese a su ocupada agenda, siempre encuentra tiempo para hacer lo que más le apasiona: el arte. Desde niño mostró una gran habilidad para dibujar y pintar, lo que lo llevó a estudiar arte en la universidad. A pesar de aquello, decidió seguir la carrera empresarial, aunque nunca abandonó su pasión.
En su tiempo libre, Justin se dedica a crear obras que reflejan su visión del mundo actual. La mayoría de sus cuadros son abstractos y a menudo incorporan elementos de la tecnología y la sociedad. Terapeutas y coleccionistas de arte han notado que sus pinturas tienen un efecto relajante y meditativo en los espectadores.
Cuando está en su ciudad natal, Justin disfruta de las actividades al aire libre junto a su esposa y sus dos hijos. Le gusta caminar por los parques y hacer senderismo en las montañas cercanas. También es un apasionado de la cocina y disfruta preparando cenas y experimentando con nuevos sabores y recetas.
Linda Cardellini y Justin Rogina son una pareja casada desde 2013. La pareja se conoció mientras trabajaban juntos en el set de la película "A a Z". Cardellini ha hablado públicamente sobre su relación con Rogina y ha dicho que son "mejores amigos". La pareja tiene una hija juntos llamada Lilah-Rose. Aunque ambos prefieren mantener su vida privada alejada de los medios de comunicación, han sido vistos juntos en eventos públicos ocasionalmente y han compartido fotos de su vida familiar en las redes sociales.
Samantha y Justin se conocieron hace muchos años, cuando ambos eran unos niños. Vivían en la misma calle y a menudo se veían jugando juntos en el parque. Sin embargo, fueron a diferentes colegios y perdieron contacto después de que Samantha se mudara de la ciudad.
Años más tarde, Samantha y Justin se volvieron a encontrar en una conferencia de negocios. Samantha había iniciado su propia empresa de marketing y Justin era un exitoso empresario. Cuando se vieron, ambos recordaron esos días en el parque y comenzaron a hablar sobre sus vidas. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y que compartían el mismo sentido del humor.
Comenzaron a salir juntos y rápidamente se enamoraron. Ahora, Samantha y Justin están felices juntos y a menudo hablan de cómo el destino los llevó a encontrarse de nuevo después de tantos años separados.