Justin Thorne era un hombre de negocios exitoso. Había crecido en una familia de clase baja, pero siempre supo que quería más para su vida. Trabajó duro en la escuela y logró obtener una beca para ir a la universidad. Después de graduarse, comenzó a trabajar en una firma de abogados y eventualmente se convirtió en socio. Pero a pesar de su éxito, Justin luchó con problemas personales. Había estado casado dos veces y ambas relaciones habían terminado en divorcio. A menudo se sentía solo y vacío, a pesar de tener amigos y colegas. Fue después de un viaje de mochilero por Europa que Justin encontró su pasión por el voluntariado. Se unió a varias organizaciones locales y comenzó a dedicar su tiempo libre a ayudar a los menos afortunados. Esto lo llevó a fundar su propia organización sin fines de lucro, que se centraba en proporcionar educación y oportunidades de empleo a jóvenes de bajos ingresos. Hoy en día, Justin sigue siendo un hombre de negocios exitoso, pero también es conocido por su trabajo en su organización sin fines de lucro. Ha encontrado un propósito más profundo en la vida y ha ayudado a mejorar la vida de muchas personas.