Justyna Majkowska es una cantante y actriz polaca nacida en 1973 en la ciudad de Suwałki. Desde joven mostró su talento y pasión por la música y el teatro, y comenzó a actuar y cantar en distintos eventos y festivales.
En 1996, ganó el premio del público en el prestigioso Festival de la Canción de Opole con la canción "Niebiesko-Czarni". Luego de este logro, comenzó a trabajar en su carrera como solista y grabó varios álbumes.
Además de su carrera musical, Justyna también se destacó como actriz en teatro y televisión. Participó en varias producciones teatrales y en series de televisión de gran éxito como "M jak Miłość".
A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios y reconocimientos por su talento y dedicación. Sin embargo, en el año 2010, decidió retirarse de los escenarios para dedicarse a su familia y su vida personal.
Hoy en día, Justyna sigue siendo recordada como una de las cantantes y actrices más talentosas y queridas de Polonia.
Justyna y Jaroslaw se conocieron en un evento de arte en Varsovia, ambos estaban admirando una obra de arte y se dieron cuenta de que compartían una opinión similar sobre la interpretación de la pieza. A partir de ahí, comenzaron a hablar y descubrieron que tenían muchos intereses en común, como la pintura, la poesía y la música clásica. Decidieron intercambiar números y empezar a salir en citas culturales, visitando museos, conciertos y exposiciones juntos. Poco a poco, se fueron conociendo mejor y dieron el gran salto de empezar una relación amorosa. Ahora, después de varios años juntos, siguen compartiendo su amor por el arte y la cultura, y se han convertido en inseparables compañeros y amigos en esta vida llena de creatividad y pasión.
Bazej-szychowski y Justyna-majkowska se conocieron en una exhibición de arte moderno en el centro de la ciudad. Ambos estaban admirando una obra en particular cuando sus miradas se cruzaron. Unos segundos de silencio incómodo pasaron, hasta que Bazej-szychowski decidió romper el hielo y comentar sobre la pieza de arte. Justyna-majkowska sonrió y respondió con entusiasmo, y así comenzó una conversación que duró horas. Descubrieron que compartían muchos intereses, desde la música hasta la literatura, y decidieron intercambiar números de teléfono al finalizar la exhibición. Desde entonces, han sido inseparables, asistiendo a eventos culturales juntos y discutiendo sobre cualquier tema que les apasiona. Y así, su amistad comenzó con un simple comentario sobre una obra de arte.