Karl Hermann Frank era un destacado miembro del partido nazi y el principal funcionario nazi de la región de Bohemia y Moravia durante la Segunda Guerra Mundial. Nació en Carlsbad (Karlovy Vary), Bohemia, en el entonces Imperio austrohúngaro, en 1898.
Después de la Primera Guerra Mundial, se unió a los Freikorps alemanes y posteriormente al Partido Nazi de Hitler. Fue encarcelado varias veces durante la década de 1920 y, finalmente, se convirtió en líder del partido en la región de Sudetes, en la República Checoslovaca.
En marzo de 1939, cuando los nazis se apoderaron de Checoslovaquia, Frank fue nombrado líder de la nueva región de protección de Bohemia y Moravia, que incluía la mayoría de los judíos checoslovacos. Fue responsable de la organización y la ejecución del Holocausto en la región, y se dice que su brutalidad fue inigualable.
Después del final de la Segunda Guerra Mundial, Frank fue capturado por las fuerzas estadounidenses y entregado a Checoslovaquia, donde fue juzgado, declarado culpable y ejecutado en 1946.
Hoy, Karl Hermann Frank es recordado como uno de los peores criminales nazis y uno de los principales responsables de la muerte de miles de judíos y otros grupos opositores en la región de Bohemia y Moravia.
Karl-Hermann Frank fue un alto funcionario nazi que sirvió como Protector de Bohemia y Moravia durante la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, Karola Blaschek fue una ciudadana alemana común que vivía en Praga durante la ocupación nazi.
No se sabe con certeza si Karl-Hermann Frank y Karola Blaschek mantuvieron una relación personal durante la guerra. Lo que sí es conocido es que Frank fue responsable de la deportación y asesinato de miles de judíos y otros grupos minoritarios en su región y que Blaschek, como ciudadana alemana, se benefició de la política de la limpieza étnica de los nazis.
Después de la guerra, Karl-Hermann Frank fue capturado y juzgado en los juicios de Núremberg, donde fue condenado a muerte por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Fue ejecutado en 1946. Karola Blaschek, por su parte, probablemente nunca fue juzgada por sus acciones durante la guerra y su destino posterior es desconocido.