Katherine Mansfield nació en Nueva Zelanda en 1888 y fue una prominente escritora y cuentista modernista. Comenzó a escribir a temprana edad y estudió en la Universidad de Wellington antes de mudarse a Inglaterra en 1903. Allí se relacionó con otros escritores modernistas como D.H. Lawrence y Virginia Woolf.
Mansfield publicó su primer libro de cuentos en 1911 y, a pesar de sufrir de tuberculosis, viajó por Europa y escribió historias que la consideraron una de las principales cuentistas de la literatura inglesa. Su período creativo más prolífico fue durante la Primera Guerra Mundial, pero murió de tuberculosis en 1923, a la edad de 34 años. Se la recuerda por su estilo emocional, su habilidad para crear personajes complejos y su uso innovador de la técnica literaria.
Beatrice Hastings y Katherine Mansfield tuvieron una relación romántica y literaria durante varios años en las primeras décadas del siglo XX. Se conocieron en Londres en 1917 y colaboraron juntas en varias publicaciones, incluyendo la revista "New Age". También viajaron juntas a París.
Hastings, pintora y escritora, estaba casada en ese momento, pero ella y Mansfield comenzaron una relación que duró hasta principios de la década de 1920. Vivieron juntas en varias ocasiones y Mantfield le dedicó algunos de sus cuentos y poemas a Hastings.
Sin embargo, la relación también fue complicada. Hastings luchaba con problemas de alcoholismo y una personalidad volátil, lo que llevó a peleas y separaciones frecuentes. Además, Hastings cayó en la pobreza y Mansfield a menudo le prestaba dinero.
Después de su relación, Hastings continuó con su carrera artística y literaria, pero sus problemas con el alcohol empeoraron. Murió en 1943 a la edad de 58 años debido a una enfermedad hepática relacionada con el consumo de alcohol. Mansfield, por su parte, se convirtió en una escritora aclamada y respetada, pero murió de tuberculosis a los 34 años en 1923.
Ida Constance Baker y Katherine Mansfield tuvieron una relación de amistad cercana. Ambas escritoras se conocieron en 1918 en Londres, cuando Mansfield se mudó allí desde Nueva Zelanda.
Baker, que había nacido en Sudáfrica pero había crecido en Inglaterra, trabajaba como editora en una revista literaria y fue una de las primeras en reconocer el talento de Mansfield. Baker publicó algunos de los cuentos de Mansfield en la revista que editaba, y también ayudó a Mansfield con la edición de su obra.
A pesar de que la relación entre Baker y Mansfield fue principalmente de amistad y colaboración literaria, existen algunas especulaciones sobre una posible relación sentimental entre ellas. Algunos de los cuentos de Mansfield tratan temas de amor entre mujeres, y algunos biógrafos han sugerido que esto refleja sus propios sentimientos hacia Baker.
Sin embargo, la evidencia concreta sobre una relación amorosa entre Baker y Mansfield es escasa. Las dos mujeres fueron amigas cercanas y colegas literarias, pero los detalles de su relación íntima, si es que la hubo, han quedado en gran medida en el misterio.
Francis Carco (1886-1958) fue un escritor, poeta y periodista francés que alcanzó gran éxito en la década de 1920. Katherine Mansfield (1888-1923) fue una escritora de cuentos y novelas nacida en Nueva Zelanda, considerada como una de las figuras más destacadas de la literatura modernista.
No hay evidencia de que Francis Carco y Katherine Mansfield hayan tenido una relación cercana o amistad personal. Ambos escritores pertenecieron al mismo movimiento literario de la época, pero Carco era francés y Mansfield era de Nueva Zelanda, por lo que es poco probable que hayan coincidido en persona.
Aunque no se conocieron en vida, ambos escritores tuvieron una gran influencia en la literatura de su época y su legado literario se mantiene hasta la actualidad.
Katherine Mansfield nació en Wellington, Nueva Zelanda, en 1888, y es considerada una de las escritoras más importantes del siglo XX. Durante su vida, mantuvo una relación cercana con Maata Mahupuku, una mujer maorí de la tribu Tūwharetoa.
Mahupuku fue la niñera de Mansfield cuando era niña, pero con el tiempo se convirtió en una figura materna y un modelo cultural importante para la escritora. Mahupuku introdujo a Mansfield a la cultura maorí y la ayudó a entender la importancia del respeto por los demás y la conexión con la tierra y la naturaleza.
Mansfield dedicó muchos de sus escritos a Mahupuku y a la cultura maorí, incluyendo cuentos como "How Pearl Button Was Kidnapped" y "Her First Ball". También incluyó a personajes maoríes en sus historias, como en "The Woman at the Store", en la que un personaje maorí tiene un papel central.
A través de su relación con Mahupuku y su apreciación por la cultura maorí, Mansfield desarrolló una sensibilidad hacia la desigualdad social y la injusticia. Esto quedó reflejado en su obra, que a menudo trataba temas de clase, género y violencia.
La relación entre Mansfield y Mahupuku es un ejemplo de cómo las amistades interculturales pueden enriquecer la vida y el arte de las personas.
Katherine Mansfield (nacida en 1888) y John Middleton Murry tuvieron una relación complicada y tumultuosa. Se conocieron en 1911, cuando ella tenía 23 años y él 26, y se convirtieron en amigos cercanos e intelectuales colaboradores. Al año siguiente, Katherine se casaría con el empresario George Bowden, pero continuó siendo amiga íntima de Murry.
Sin embargo, la relación entre estos dos escritores cambió radicalmente en 1917, cuando Katherine le confesó a Murry que estaba enamorada de él. A pesar de estar casados, Murry sintió lo mismo por Katherine y comenzó una relación amorosa con ella. Esta relación continuó durante varios años, incluso mientras Katherine luchaba contra la tuberculosis y se alejaba cada vez más de su esposo.
La relación entre Katherine y Murry estuvo llena de altibajos. A pesar de su amor mutuo, ambos eran propensos a los celos, las peleas y las separaciones temporales. En 1919, Katherine incluso se separó de Murry y se fue a vivir a Francia con su amante, la escritora Ida Baker. Sin embargo, volvieron a estar juntos en 1920 y 1921, hasta que la salud de Katherine empeoró gravemente.
A pesar de todo, Murry siempre mantuvo una gran admiración por Katherine y su trabajo literario. Tras la muerte de la escritora en 1923, él compiló y publicó sus diarios, cartas y cuentos inéditos, y se convirtió en el principal defensor de su legado literario. Aunque no siempre fue un compañero perfecto para Katherine, Murry honró su memoria y su obra durante toda su vida.