Kenslea Ann Motter ha vivido una vida llena de aventuras y posibilidades. Se graduó de la universidad con los máximos honores y comenzó su carrera en el sector financiero. Después de algunos años exitosos, decidió seguir su verdadera pasión: viajar. A lo largo de los años, ha visitado más de 30 países diferentes, experimentando culturas y costumbres únicas. También ha participado en varios proyectos humanitarios en países en desarrollo, trabajando para hacer la diferencia en la vida de las personas menos afortunadas. Kenslea también es una apasionada de la música y ha tocado varios instrumentos desde una edad temprana. Después de años de práctica y dedicación, finalmente ha grabado su primer álbum en solitario. Además de su carrera, Kenslea también tiene un gran sentido del humor y siempre está buscando alegrar a los demás con su risa y sus ocurrencias. A pesar de las dificultades que ha enfrentado, siempre ha mantenido una actitud positiva y ha seguido adelante con valentía y determinación.
Kenslea Ann Motter y Mort Sahl se conocieron en una tarde lluviosa de verano en una pequeña cafetería de Los Ángeles. Kenslea estaba sentada sola en una mesa, leyendo un libro y tomando un té cuando Mort entró con dificultad, luchando contra el viento y la lluvia.
Mort se acercó a la barra para secarse y ordenar un café, y fue entonces cuando Kenslea lo vio por primera vez. Su cabello canoso y su aire cansado la intrigaron, y sintió una inexplicable necesidad de hablarle.
Así que se acercó a su mesa y se presentó. Mort, que había pasado una de las noches más difíciles de su vida, recibió la conversación de Kenslea con cierta suspicacia. Pero ella parecía tan genuina y estaba tan llena de calidez que no pudo evitar ablandarse.
Lo que empezó como una charla casual pronto se convirtió en una conversación profunda y significativa. Kenslea y Mort descubrieron que tenían mucho en común: ambos habían perdido a sus seres queridos, ambos eran amantes de la música clásica y ambos estaban cansados de la superficialidad y la arrogancia de la ciudad.
A medida que pasaba la tarde, Kenslea y Mort se dieron cuenta de que habían encontrado algo especial el uno en el otro. Habían sido dos extraños que se encontraron en una lluviosa tarde de verano, pero se estaban convirtiendo rápidamente en algo más. Desde aquel día, Kenslea y Mort se convirtieron en inseparables. Se apoyan mutuamente en todo lo que hacen, y se les puede ver paseando por la ciudad, hablando y riendo juntos, y disfrutando de la compañía del otro.