Khalil Bey fue un noble otomano nacido en Estambul en 1831. Era hijo de una noble familia tunecina y su padre se había mudado a Estambul para convertirse en el tutor del sultán.
Khalil Bey estudió en Francia y luego se unió al ejército otomano. Luchó en la Guerra de Crimea y en la Guerra de Independencia de Grecia. Fue distinguido por su liderazgo y valentía en la batalla, y fue ascendido a general.
Después de su retiro del ejército, Khalil Bey se convirtió en politico y diplomático. Representó a Turquía en la Conferencia de Berlín en 1878, donde se le acreditó por haber evitado una mayor partición de los territorios otomanos. También fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores de Turquía en 1900.
Khalil Bey estaba interesado en la arqueología y la historia, y fue un coleccionista de arte y antigüedades. Creó uno de los museos privados más grandes de su tiempo en su casa en Estambul.
Khalil Bey murió en 1879, a los 48 años, y fue enterrado en el cementerio militar de Ferikoy en Estambul. Su casa y colección de arte fueron adquiridos por el gobierno turco y se convirtió en el Museo de Arte Islámico de Estambul en 1914.
Khalil-bey, también conocido como Khalil Sami Bey, fue un noble y diplomático egipcio que vivió en París durante la segunda mitad del siglo XIX. Durante su estancia en la ciudad, se convirtió en un conocido mecenas de las artes y la cultura, y entre sus amistades destacó la actriz francesa Sarah Bernhardt.
Sarah Bernhardt y Khalil-bey se conocieron en 1869 y rápidamente se hicieron amigos cercanos. Bernhardt comenzó a interpretar en varias obras de teatro escritas por Khalil-bey y también apareció en algunos de sus cuadros. Además, el noble egipcio se convirtió en uno de los principales benefactores de la actriz y le proporcionó fondos para la producción de sus obras de teatro.
La relación entre Sarah Bernhardt y Khalil-bey se mantuvo amistosa durante muchos años, aunque se sabe poco acerca de la naturaleza exacta de su amistad. Algunos historiadores han sugerido que podría haber habido una relación romántica entre ellos, pero no hay evidencia concreta para apoyar esta teoría.
Lo que sí se sabe es que la relación entre Khalil-bey y Sarah Bernhardt fue fructífera para ambos en términos de su carrera artística. Khalil-bey se benefició de la promoción que la actriz hizo de sus obras de teatro y de sus pinturas, mientras que Bernhardt contaba con el apoyo financiero y creativo de un poderoso mecenas.
En definitiva, la relación entre Khalil-bey y Sarah Bernhardt fue una historia de amistad, colaboración y apoyo mutuo que duró muchos años y que dejó una huella importante en la cultura y la historia de París.