Klarissa Munz

Klarissa Munz era una mujer muy ocupada. Desde joven había tenido un talento innato para las matemáticas y la física, lo que la llevó a estudiar ingeniería. Durante años, trabajó en una empresa de tecnología, donde diseñaba software y hardware para sistemas informáticos. A pesar de ser una excelente profesional, siempre sentía que algo faltaba en su vida. Finalmente, decidió dejar su trabajo y dedicarse a su verdadera pasión: la música. Klarissa había tocado el piano desde niña y también había estudiado canto. Comenzó a tomar clases de composición musical y a dedicarse a componer piezas para orquesta. Pronto, se convirtió en una reconocida compositora y tuvo la oportunidad de dirigir sus propias obras en distintos teatros de la ciudad. A pesar de haber hecho un cambio drástico en su vida, Klarissa estaba contenta de haber encontrado su verdadera vocación y se sentía más realizada que nunca.