Krzysztof Białkowski es un atleta paralímpico polaco de esgrima en silla de ruedas. Nació el 27 de febrero de 1982 en Warszawa, Polonia, y sufrió una lesión en la columna vertebral que lo dejó parapléjico a la edad de 10 años.
Comenzó a practicar esgrima en silla de ruedas a la edad de 14 años y se convirtió en miembro de la selección nacional polaca en 2000. Ha competido en cinco Juegos Paralímpicos, obteniendo la medalla de plata en la espada individual masculina en los Juegos Paralímpicos de Verano de 2004 en Atenas, Grecia, y la medalla de oro en la misma disciplina en los Juegos Paralímpicos de Verano de 2012 en Londres, Reino Unido.
Además de su carrera deportiva, Białkowski también se ha destacado en su vida personal. Es licenciado en administración de empresas y ha trabajado como consultor financiero en su propio negocio. También ha sido elegido miembro del Consejo Municipal de Bródno en Warszawa.
Białkowski ha sido un modelo a seguir para otros atletas paralímpicos en todo el mundo y ha ayudado a promover la conciencia y la inclusión de las personas con discapacidad en su país y más allá.
Ola y Krzysztof se conocieron en una conferencia sobre robótica en Varsovia. Ola era una de las oradoras principales y presentó su último proyecto, mientras que Krzysztof estaba en la audiencia. Después del discurso, Krzysztof se acercó a Ola para felicitarla por su trabajo. Los dos se dieron cuenta de que tenían una pasión compartida por la robótica y comenzaron a hablar sobre sus proyectos y logros. Después de la conferencia, Krzysztof invitó a Ola a unirse a su equipo de investigación. Los dos trabajaron juntos y lograron crear un robot que podría reconocer objetos y responder a comandos simples. Desde entonces, Ola y Krzysztof se han convertido en buenos amigos y colaboradores, y han logrado muchas cosas juntos en el campo de la robótica.
Aleksandra y Krzysztof se conocieron en una tienda de música en el centro de Varsovia. Ambos estaban buscando lo mismo: la nueva grabación de su artista favorito. Se cruzaron en el pasillo y se sonrieron de manera amistosa. Después de unos minutos de búsqueda, Krzysztof no encontró el álbum que estaba buscando y se estaba preparando para irse. Sin embargo, notó que Aleksandra estaba esperando en la línea de pago y decidió acercarse a ella. Le preguntó si ya había comprado su álbum y ella le dijo que sí. Sin embargo, también notó que Krzysztof estaba un poco desanimado por no encontrar lo que buscaba, así que muy amablemente le ofreció prestarle su disco para que lo escuchara en casa y lo devolviera al día siguiente. Krzysztof aceptó agradecido y le dio su número de teléfono. Y así comenzó su historia de amor.