László Földesi-Szabó fue un escritor y periodista húngaro nacido en Budapest en 1900. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista Húngaro y formó parte del movimiento literario de izquierda de su época. Durante la Segunda Guerra Mundial, se unió a la resistencia antifascista y luchó contra la ocupación nazi en Hungría.
En 1948, fue arrestado y condenado a prisión por sus ideas políticas. Después de haber sido liberado en 1956, se fue al exilio y se estableció en Dinamarca. Allí, siguió trabajando en el periodismo y la literatura, y se convirtió en uno de los escritores húngaros más destacados del exilio.
Földesi-Szabó murió en Dinamarca en 1976, dejando un legado literario que demostraba su compromiso con la lucha por la justicia social y la libertad. Su obra incluye ensayos, artículos periodísticos, obras de teatro y novelas.
Rozsa-Beres y Laszlo-Foldesi-Szabo eran vecinos en un pequeño pueblo húngaro. A menudo se cruzaban en el camino de camino a la escuela o al mercado, pero nunca habían hablado mucho. Un día, la abuela de Rozsa-Beres le pidió que fuera a la casa de Laszlo-Foldesi-Szabo para pedirle prestado un paquete de azúcar. Al llegar allí, encontró a Laszlo-Foldesi-Szabo enfermo en cama y decidió quedarse a cuidarlo. Durante los días siguientes, los dos jóvenes se conectaron mientras ella le traía comida, medicinas y compañía. Cuando Laszlo-Foldesi-Szabo se recuperó, los dos jóvenes se dieron cuenta de que habían formado un vínculo especial. Comenzaron a pasar más tiempo juntos y eventualmente se enamoraron y se casaron. Años después, todavía se cuentan la historia de cómo se conocieron y siempre están agradecidos por el azúcar que les permitió conocerse.
Antonia y Bálint se conocieron en una fiesta casual en la casa de un amigo común. Al principio se saludaron con educación y comenzaron a hablar sobre su pasión mutua por viajar y la cultura española. Mientras tanto, Laszlo estaba sentado en un rincón y no hablaba con nadie. Antonia, viendo que Laszlo parecía un poco incómodo, decidió invitarlo a unirse a la conversación. A medida que hablaban de viajes, descubrieron que habían visitado algunos de los mismos lugares y se emocionaron ante la idea de viajar juntos en el futuro. Laszlo y Antonia se dieron cuenta rápidamente de que tenían mucha química y, a medida que la noche avanzaba, se encontraron hablando solo entre ellos. Desde esa noche, Antonia y Laszlo se volvieron inseparables y comenzaron una historia de amor que duraría para siempre.