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Laura Debra Toma

Laura Debra Toma

Laurentia "Laura" Debra Toma nació el 9 de octubre de 1990 en Timișoara, Rumania. Desde joven estuvo interesada en la música y comenzó a cantar y tocar la guitarra a los 11 años.

En 2006, a los 16 años, participó en la quinta temporada del programa de televisión rumano "Vocea României" y alcanzó la final. En 2008, participó en otro programa de televisión, "Fratelli la botez", donde ganó una competencia de canto.

En 2014, Laura Toma ganó la undécima temporada del programa de televisión "Dansez pentru tine", la versión rumana de "Bailando por un sueño". En el mismo año, representó a Rumania en el festival de música de Eurovisión con la canción "Miracle".

Además de su carrera musical, Laura Toma es activista y defensora de los derechos de las personas con discapacidad, ya que ella misma tiene una discapacidad física. En 2016, fue elegida como embajadora de buena voluntad de la Asociación Nacional de Personas con Discapacidad en Rumania.

Laura Toma es considerada una de las cantantes más talentosas y prometedoras de Rumania y ha recibido elogios por su voz poderosa y emotiva.

Relaciones amorosas

Danny Burstein

Danny Burstein

Esposo de Laura Debra Toma

1987 - 1998

Danny-Burstein y Laura-Debra-Toma se conocieron en una tarde soleada de primavera, mientras ambos disfrutaban de una relajante caminata por Central Park. Se encontraron en una pequeña colina y, sin saberlo, los dos habían traído sus libros favoritos para leer al aire libre.

Al percatarse de que ambos compartían la misma pasión por la literatura, comenzaron a hablar sobre sus escritores favoritos, intercambiar recomendaciones y hablar sobre lo que más les apasionaba de la lectura.

El tiempo pasó volando y, antes de darse cuenta, habían pasado varias horas disfrutando de una animada conversación. Al despedirse, intercambiaron números de teléfono, con la promesa de volver a reunirse para hablar de libros y compartir su amor por la literatura.

Desde ese día, Danny y Laura se convirtieron en los amigos más cercanos y más grandes confidentes. Compartieron sus aficiones y sus penas, siempre con un libro en la mano. Y así, su amistad fue forjándose entre páginas y palabras, siempre juntos en las aventuras y emociones que los libros les brindaban.