Laura Devon fue una actriz estadounidense nacida en Chicago el 23 de mayo de 1931 y fallecida en Beverly Hills el 19 de julio de 2007. Comenzó su carrera en el cine en la década de 1950 actuando en películas como "The Long Haul" y "The Undead".
Su carrera se vio interrumpida durante un tiempo debido a un accidente de coche que le causó graves lesiones en la columna vertebral, pero eventualmente volvió al mundo del cine con la película "The Curse of the Werewolf", en 1961.
En 1962, Devon obtuvo su papel más conocido interpretando a Jackie Burke en la película "The Manchurian Candidate". A pesar del éxito de la película, Devon decidió retirarse del mundo del cine poco después de su estreno.
Después de dejar Hollywood, Devon inició una serie de negocios en el campo de la moda y la decoración. También trabajó como consultora de imagen y asesoró a algunas de las figuras más conocidas de Hollywood.
Laura Devon se casó tres veces: con el médico Milton Greene, con el actor Maurice Ronet y con el escritor Adrien Spiegel. Tuvo un hijo con Greene, Joshua Milton Greene, quien se convirtió en fotógrafo de moda y publicidad.
Desafortunadamente, Devon murió en 2007 a los 76 años a causa de una enfermedad cardíaca.
Maurice Jarre y Laura Devon se conocieron por casualidad en una exposición de arte en París. Maurice quedó impresionado por la belleza de Laura y se acercó a ella para hablarle sobre una obra de arte que ambos estaban admirando. Desde ese momento, comenzaron a conversar sobre arte, música y cine. Descubrieron que tenían muchos intereses en común y comenzaron a salir juntos. Pasaron largas tardes en cafeterías hablando sobre sus carreras y sus pasatiempos. Finalmente, unieron sus talentos en una colaboración artística, creando una melodía que se convirtió en un éxito mundial. Desde entonces, Maurice y Laura se convirtieron en inseparables y su amor por el arte les llevó a vivir momentos inolvidables juntos.
Brian-Kelly y Laura-Devon se conocieron en un café mientras esperaban su pedido. Coincidieron en el gusto por los libros de ciencia ficción y comenzaron a hablar animadamente sobre sus autores favoritos y las teorías más locas que habían leído en sus novelas. La conversación fue tan interesante que decidieron seguir hablando fuera del café y caminaron juntos por las calles de la ciudad, intercambiando historias personales y opiniones sobre la vida en general. Desde ese día, no se separaron más y comenzaron una hermosa relación basada en la pasión por la literatura y la conexión emocional que sintieron desde el primer momento.