Lela E. Rogers nació en 1891 en el estado de Texas, Estados Unidos. Comenzó su carrera en la industria del entretenimiento como actriz teatral y eventualmente se convirtió en una exitosa actriz de cine mudo en la década de 1910.
Tras retirarse de la actuación, Rogers se convirtió en una importante gerente de talentos, representando a algunos de los nombres más importantes de Hollywood en la década de 1920 y 1930, incluyendo a su propia hija, Ginger Rogers.
Además de su carrera en la industria del entretenimiento, Rogers también fue una activista política y defensora de los derechos de la mujer. En 1938, se postuló para un escaño en el Senado de los Estados Unidos, aunque no logró ser elegida.
Rogers falleció en 1977, a los 86 años, después de una larga y exitosa carrera en Hollywood. Su legado incluye no solo su propia carrera como actriz y gerente de talentos, sino también su trabajo pionero en la promoción de actrices femeninas en una industria dominada por hombres.
J. Edgar Hoover y Lela E. Rogers tuvieron una relación laboral y personal cercana durante muchos años. Hoover fue el director del FBI desde los años 1920 hasta su muerte en 1972, mientras que Rogers fue una actriz y la madre de la famosa actriz y bailarina Ginger Rogers.
En el ámbito personal, Hoover y Rogers se relacionaron en varias ocasiones, lo que sugiere que podrían haber tenido una relación amorosa en algún momento. Sin embargo, esto nunca fue confirmado y sigue siendo objeto de debate entre los historiadores.
La relación más conocida entre Hoover y Rogers fue su trabajo en la lucha contra el crimen organizado. Hoover tomó nota de la habilidad de Rogers para conocer a muchas personas importantes en Hollywood y a menudo le pedía que ayudara al FBI en sus investigaciones sobre el crimen organizado en Los Ángeles. Rogers, a su vez, hablaba con Hoover de diferentes sospechosos que podrían estar involucrados en actividades ilegales.
Hoover también mantuvo una relación estrecha con Ginger Rogers, la hija de Lela E. Rogers. Se decía que el director del FBI estaba enamorado de la actriz y la invitaba a eventos públicos y privados. Sin embargo, esta relación también sigue siendo objeto de debate.
En resumen, la relación entre J. Edgar Hoover y Lela E. Rogers fue principalmente laboral, aunque podría haber tenido un componente personal aún no probado. Hoover y Rogers se relacionaron en la lucha contra el crimen organizado y Hoover también mantuvo una relación estrecha con la hija de Rogers, Ginger Rogers.