Leo Opazo se consideraba un apasionado de la naturaleza y los deportes extremos. Desde temprana edad, comenzó a interesarse por el montañismo y el parapente, lo que lo llevó a ascender varias cumbres importantes en Sudamérica. Además, era un experto en fotografía de paisajes naturales y dedicaba gran parte de su tiempo libre a capturar la belleza del mundo que lo rodeaba. En su vida profesional, Leo trabajaba en el área de la ingeniería civil, pero siempre intentaba estar en contacto con la naturaleza, realizando proyectos ambientales en su tiempo libre. También era conocido por su compromiso social, colaborando con distintas organizaciones de ayuda a comunidades en situación de vulnerabilidad. En su vida personal, Leo tenía una pareja estable y dos hijos adolescentes, quienes compartían su amor por las actividades al aire libre. A pesar de su apretada agenda, siempre hacía tiempo para compartir con su familia y amigos, y promovía con entusiasmo la importancia de cuidar el medio ambiente y disfrutar de la naturaleza.