Lillie Gregg nació en Estados Unidos en 1858 y fue una defensora de los derechos de las mujeres y de las reformas laborales. Comenzó a trabajar en una fábrica textil a los 13 años y allí experimentó las condiciones de trabajo insalubres y peligrosas que enfrentaban las mujeres. En 1886, se convirtió en la presidenta de la sección local del sindicato United Workmen of America y más tarde se unió a la Federación Estadounidense del Trabajo. Gregg fue una de las primeras mujeres en dirigir una huelga de trabajadores textiles en los Estados Unidos y se convirtió en una figura destacada en la lucha por mejoras en las condiciones laborales de las mujeres. También abogó por la igualdad de derechos para las mujeres, incluyendo el derecho al voto. En 1899, Gregg se postuló para el Congreso de los Estados Unidos como candidata del Partido Socialista de América, convirtiéndose en una de las primeras mujeres en hacer campaña para un cargo federal. A pesar de su derrota, Gregg continuó luchando por la reforma social hasta su muerte en 1929. Su legado incluye su trabajo pionero en la lucha por los derechos laborales y la igualdad de género.