Ling-Ling Ingerick

Ling-Ling Ingerick era una mujer apasionada por la botánica y el cuidado del medio ambiente. Desde joven, se dedicó a estudiar las plantas nativas de su país y a concienciar a la gente sobre la importancia de proteger la naturaleza. Trabajó durante años como profesora de biología en una universidad, pero su verdadera pasión era viajar y conocer nuevas especies de plantas.

Tuvo la oportunidad de visitar diversos lugares del mundo como la selva amazónica, el desierto de Atacama o los bosques de Siberia, siempre en busca de nuevas plantas para estudiar y cultivar. Además, participó en diversas campañas de reforestación y trabajó en proyectos de conservación ambiental en zonas rurales de su país.

A pesar de su dedicación a la botánica, Ling-Ling también era una persona muy sociable y amaba pasar tiempo con amigos y familiares. Era una excelente cocinera y solía preparar deliciosas comidas con ingredientes naturales y plantas que había recolectado en sus viajes.

Su legado está presente en las decenas de investigaciones sobre plantas que realizó, así como en la educación que impartió a sus estudiantes, quienes la recuerdan como una profesora entregada y apasionada.