Lizzy Richardson lleva una vida agitada. Desde joven ha estado involucrada en causas sociales, y ahora trabaja en una organización que ayuda a víctimas de violencia doméstica. A pesar de que a menudo se siente abrumada por el trabajo, encuentra gran satisfacción en su labor. En su tiempo libre le encanta practicar senderismo, lo que le permite desconectar de la ciudad y conectarse con la naturaleza. Además, tiene una pasión por la fotografía, y siempre lleva consigo su cámara para capturar momentos especiales. Lizzy está casada y tiene un hijo adolescente, quien ha sido una gran fuente de alegría en su vida. Ama cocinar, y a menudo invita a amigos y familiares a su casa para disfrutar de una buena comida y un buen vino. En general, tiene un espíritu aventurero y optimista, y siempre busca maneras de hacer una diferencia en la vida de los demás.