Lou Genevrino era una mujer dedicada a su trabajo de licenciada en psicología. Siempre se preocupó por ayudar a las personas en su terapia, pues consideraba que la salud mental era indispensable en cualquier individuo. A pesar de ser profesional, también disfrutaba de las actividades al aire libre, especialmente de su jardín en casa. Pasaba gran parte de su tiempo cultivando flores, plantas y hortalizas, lo que le daba una sensación de paz y satisfacción. Además, era una persona muy creativa y le gustaba pintar en sus ratos libres. Otra de sus pasiones era viajar y conocer lugares nuevos, ya que consideraba que la experiencia de explorar otros territorios ampliaba su mente. Lou era una mujer comprometida con su familia, amigos y comunidad, y se esforzaba por mantener sus lazos con todos ellos. Era una persona enérgica, optimista y alegre, siempre dispuesta a ayudar a los demás de cualquier forma.
Elinor y Lou se conocieron en un parque de la ciudad. Elinor estaba sentada en un banco, disfrutando de la hermosa vista y de la brisa fresca. Lou, por otro lado, estaba corriendo para mantenerse en forma, cuando de repente se tropieza y cae justo al lado de Elinor. Elinor se sorprende y se levanta para ayudar a Lou a levantarse.
Lou se disculpa por la caída y Elinor le dice que todo está bien. Comenzaron a conversar y a reír sobre el incidente. Elinor notó que Lou tenía una personalidad amigable y extrovertida, y sintió que se sentía cómoda hablando con él.
Después de conversar durante un tiempo, Lou le pregunta a Elinor si le gustaría ir a tomar un café. Elinor acepta con gusto y juntos van a un café local. Mientras disfrutan de su café, continúan con su conversación y aprenden más el uno del otro.
Desde entonces, Elinor y Lou se han convertido en buenos amigos y a menudo se reúnen para tomar café y charlar. Aunque su encuentro fue por accidente, ambos están agradecidos por haberse conocido.