Louisa Spring es una mujer apasionada por la pintura, pero que nunca se había dado cuenta de ello hasta que sus hijos se fueron de casa y ella decidió tomar un taller de arte como hobby. Desde ese momento, ha estado pintando cada día que puede y ha creado un pequeño estudio en su casa, donde recibe a algunas amigas para compartir sus proyectos.
Además, Louisa es una gran viajera y siempre que puede, sale a conocer nuevos lugares y culturas. Le encanta la naturaleza y los paisajes rurales, por lo que sus viajes suelen ser a lugares alejados de las grandes ciudades.
Louisa es una persona muy empática y siempre se preocupa por las personas de su entorno. Por eso, ha comenzado a dar clases de pintura a personas mayores, para que puedan experimentar la misma pasión que ella descubrió.
En definitiva, Louisa Spring es una mujer dedicada a sus pasiones y que busca siempre hacer el bien a su alrededor.
Louisa Spring y William J. MacDonald eran un matrimonio de origen estadounidense que se estableció en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, a fines del siglo XIX.
Spring era hija de un empresario neoyorquino que había hecho fortuna en la industria textil, y MacDonald era un ingeniero químico especializado en el procesamiento de aceites y grasas vegetales.
Ambos llegaron a Buenos Aires en 1892, en pleno auge de la expansión agroexportadora del país. Spring y su familia se instalaron en el barrio de Recoleta, mientras que MacDonald se incorporó a la compañía de aceites y grasas liderada por Juan B. Justo, uno de los pioneros de la industria agroalimentaria en Argentina.
Pocos años después, Spring y MacDonald contrajeron matrimonio y comenzaron a consolidar su posición en la alta sociedad porteña. Se mudaron a una amplia casa en la calle Tagle, donde recibían a sus amigos y organizaban elegantes fiestas.
Además del ámbito social, Spring y MacDonald se interesaron por la cultura y la educación. En 1900 fundaron la Asociación Cristiana de Mujeres Jóvenes de Buenos Aires, que ofrecía clases de inglés, gimnasia y música a las mujeres de la ciudad. También donaron importantes sumas de dinero a distintas instituciones educativas, como la Universidad de Buenos Aires y el Colegio Nacional de Buenos Aires.
En su vida privada, Spring y MacDonald tuvieron tres hijos: William, Louisa y Richard. Todos ellos se educaron en Estados Unidos y Europa, y mantuvieron una estrecha relación con sus padres a lo largo de sus vidas.
Spring y MacDonald fallecieron en la década de 1930, dejando un importante legado en la historia de la comunidad estadounidense en Buenos Aires y en la vida cultural y educativa de la ciudad.