Lucas Montandon era un hombre de negocios exitoso que dedicaba gran parte de su tiempo a su empresa. A pesar de eso, siempre se tomaba el tiempo para disfrutar de las cosas simples de la vida, como un buen libro o una caminata por el parque. Era un apasionado de la música y tocaba la guitarra para relajarse.
Su mayor prioridad era su familia y siempre trataba de pasar tiempo de calidad con su esposa e hijos. Era un padre amoroso y respetado que brindaba a sus hijos las herramientas necesarias para enfrentar los retos de la vida.
Lucas era un hombre muy sociable y tenía una gran cantidad de amigos cercanos. Su habilidad para conectarse con la gente le permitió formar relaciones positivas en su vida personal y profesional.
Por todo lo que había logrado, Lucas era una persona humilde y siempre agradecía las oportunidades que había recibido en su vida. Era un ejemplo de determinación, honestidad y gratitud para quienes lo conocían.
Cristiana y Lucas se conocieron en una fiesta en la playa mientras ambos jugaban vóley. Se retaron mutuamente a un partido de uno contra uno y rápidamente descubrieron su pasión compartida por el deporte. Después del juego, hablaron por horas sobre sus carreras como deportistas y realizaron planes para entrenar juntos al día siguiente. A partir de ese día, la amistad entre ellos no ha dejado de crecer y se han convertido en grandes compañeros de entrenamiento y de vida.