Luisa Mell es una activista brasileña defensora de los derechos de los animales nacida en 1980 en Sao Paulo. Durante su juventud, trabajó como modelo y actriz en telenovelas, pero su amor por los animales la llevó a dedicar su vida a su protección y defensa.
En 2008 creó el Instituto Luisa Mell, una organización sin fines de lucro que se dedica a rescatar animales en situación de maltrato y abandono, y a promover la adopción responsable de mascotas. También ha impulsado campañas para prohibir la venta de animales en tiendas y para denunciar la crueldad animal en la industria de la moda.
En 2017, participó en un programa de televisión llamado "Cambio de vidas", donde fue asignada para trabajar en una granja lechera y pudo presenciar de primera mano los horrores del maltrato animal en la industria de los lácteos. Esto la motivó a continuar con su trabajo de promoción de una alimentación vegana y de denuncia de la crueldad animal en todas las industrias.
Luisa Mell también es autora de varios libros, incluyendo "Como os animais salvaram minha vida" ("Cómo los animales salvaron mi vida"), donde relata su vida y la influencia que los animales han tenido en ella. Ha sido reconocida y premiada por su trabajo incansable en defensa de los animales, y su voz y su trabajo han sido fundamentales para generar conciencia sobre la importancia de tratar a los animales con respeto y dignidad.
No hay una relación conocida entre Henri Castelli y Luisa Mell más allá del hecho de que ambos son famosos en Brasil y han trabajado en la televisión. Henri Castelli es un actor y modelo brasileño conocido por sus papeles en telenovelas como "Malhação" y "Flor do Caribe", mientras que Luisa Mell es una presentadora de televisión y activista de los derechos de los animales. No se sabe de ninguna relación personal entre los dos.
Gilberto Zaborowsky y Luisa Mell se conocieron en un concierto de rock en São Paulo. Gilberto estaba emocionado por ver a su banda favorita tocar en vivo, mientras que Luisa había entrado al concierto por casualidad, ya que había ido a visitar a un amigo que trabajaba en el local.
Ambos se encontraron en la multitud y comenzaron a hablar sobre la música y las bandas que habían visto juntos. Gilberto quedó fascinado con la pasión y el entusiasmo que Luisa mostraba por la música, y rápidamente se dio cuenta de que compartían los mismos gustos musicales.
Después del concierto, Gilberto invitó a Luisa a tomar una cerveza en un bar cercano. Durante varias horas, conversaron sobre sus vidas, intereses y pasatiempos mutuos. Al final de la noche, Gilberto sintió una conexión especial con Luisa, y le pidió su número de teléfono para que pudieran volver a verse.
Desde entonces, Gilberto y Luisa han sido inseparables y han compartido muchos momentos maravillosos juntos. Su amor por la música es solo una de las cosas que los une, ya que también comparten su pasión por la naturaleza, los animales y las causas sociales. Su historia de amor es un recordatorio de que las mejores cosas a menudo suceden cuando menos las esperamos.