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Malcolm Mortimer

Malcolm Mortimer

Malcolm Mortimer acostumbraba a tomar una taza de té todas las tardes en su terraza mientras observaba a sus vecinos. Le gustaba observar a las personas y hacer historias ficticias sobre sus vidas. Era un hombre solitario pero muy creativo. Siempre estaba en busca de nuevas formas de expresión, por lo que se había metido en el mundo de la fotografía. Le encantaba capturar momentos fugaces con su cámara, especialmente en la naturaleza.

A pesar de su amor por la fotografía, su verdadero sueño siempre había sido escribir una novela. Tenía algunas ideas flotando en su cabeza, pero nunca había tenido el coraje de plasmarlas en papel. Un día, mientras caminaba por el parque, observando a los pájaros volar, tuvo una idea que le dejaría sin dormir por varias noches. Se dirigió a casa y empezó a escribir como loco.

Finalmente, después de meses trabajando en su proyecto, Mortimer logró escribir su primera novela. La historia presentaba una trama intrigante y personajes complejos que reflejaban su propia personalidad. No había un final claro, pero estaba orgulloso de haber logrado finalmente plasmar en papel sus ideas. Desde ese día, Mortimer entendió que los sueños pueden cumplirse si se tiene el coraje de perseguirlos.

Relaciones amorosas

Doris Rankin

Doris Rankin

Esposa de Malcolm Mortimer

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Un día, en el centro de la ciudad, mientras se encontraban haciendo algunas compras, Doris-Rankin y Malcolm-Mortimer se cruzaron en la misma tienda de antigüedades. Estaban ambos buscando algo en particular, y cuando sus manos chocaron accidentalmente en el mismo objeto, un pequeño libro antiguo, sintieron una chispa de energía pasando entre ellos.

Aunque se disculparon y cada uno siguió con sus compras, se dieron cuenta de que seguían encontrándose en distintos puntos de la tienda. Parecía que no podían alejarse el uno del otro.

Finalmente, cuando ambos se encontraron en la sección de libros de arte, decidieron entablar conversación. Descubrieron que compartían un gran interés por la cultura e historia, y que además poseían un sentido del humor muy similar.

Fue entonces cuando decidieron salir juntos, para seguir conociéndose.

A partir de ese día, comenzaron una romántica historia juntos, visitando los museos y exposiciones más destacados de la ciudad, e intercambiando sus conocimientos sobre las más diversas artes.

De esta forma, Doris-Rankin y Malcolm-Mortimer supieron apreciar que el azar y las casualidades pueden convertirse en verdaderas bendiciones en la vida, y que lo inesperado puede llevarnos a los lugares más mágicos e inolvidables.