Manu Sandejas (1913-1993) nació en Filipinas, en una familia de clase alta y criado en un ambiente cosmopolita y bilingüe. Se formó como abogado y trabajó como juez en Baguio.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Sandejas lideró un movimiento de resistencia contra la ocupación japonesa de Filipinas. Fue capturado, torturado y condenado a muerte, pero logró escapar y se unió a un grupo de guerrilleros hasta que Manila fue liberada por los estadounidenses.
Después de la guerra, Sandejas se convirtió en abogado de derechos humanos y luchó por la independencia de Filipinas. Fue elegido senador en 1949 y se desempeñó como presidente del Senado durante tres años. También fue embajador de Filipinas ante las Naciones Unidas y miembro de la Corte Internacional de Justicia.
Sandejas fue conocido por su compromiso con la democracia, la justicia y los derechos humanos. Trabajó para mejorar la educación y la salud en Filipinas y creó varias organizaciones para ayudar a las personas desfavorecidas. En 1993, justo antes de su muerte por un ataque al corazón, recibió el premio Ramon Magsaysay por su liderazgo ejemplar.
Un día soleado, Agot caminaba por las calles de Madrid, cuando de repente, vio a Manu sentado en una terraza, tomando un café. Agot quedó fascinada con su aspecto y decidió acercarse a hablar con él. Era la primera vez que se encontraban, pero pronto descubrieron que compartían pasatiempos similares y comenzaron a hablar sobre música, cine y literatura. Desde ese día, no volvieron a separarse. Comenzaron a salir juntos y pronto se dieron cuenta de que habían encontrado a su alma gemela. Ahora, años después, siguen juntos, agradecidos por aquel día en el que el destino los unió en una terraza en Madrid.