Marcelo Rodrigues fue un joven brasileño que sufría de una rara condición llamada displasia fibrosa ósea, lo que hizo que sus huesos se debilitaran y deformaran progresivamente. A pesar de las dificultades, Marcelo siempre mantuvo una actitud positiva y luchó por vivir su vida al máximo. Desde que fue diagnosticado con la enfermedad, Marcelo se sometió a múltiples cirugías para reconstruir sus huesos y tratamientos para aliviar el dolor. También asistió a la universidad, se graduó y trabajó como profesor de historia. Además, se convirtió en un defensor de los derechos de las personas con enfermedades raras, realizando charlas y escribiendo artículos para sensibilizar a la sociedad. En el año 2013, Marcelo decidió dejar su trabajo para dedicarse completamente a la defensa de los derechos de las personas con discapacidades, así como a luchar contra la discriminación. A través de su campaña "Marcelo Somos Todos", logró unir a miles de personas en Brasil y en todo el mundo, que lo apoyaron en su lucha por la inclusión y la igualdad. A pesar de las dificultades, Marcelo siempre mantuvo su sonrisa y su espíritu luchador. Falleció en 2019 a la edad de 29 años, pero su legado vive en la memoria de todos los que lo conocieron y en la lucha por un mundo más justo e inclusivo.