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Margaret E. Farish

Margaret E. Farish

Margaret E. Farish fue una mujer afroamericana nacida en 1921 en Carolina del Norte, Estados Unidos. Fue la primera persona de su familia en cursar estudios universitarios y se graduó en música en la Universidad de Nueva York en 1943.

Después de graduarse, Farish se unió al ejército de los Estados Unidos y se convirtió en la primera mujer afroamericana en ser aceptada en la banda militar.

En 1954, comenzó a trabajar en IBM, una de las principales empresas de tecnología de la época. Farish se destacó como una excelente programadora y, en 1960, fue ascendida a gerente de sistemas.

A pesar de las dificultades y obstáculos que enfrentó como mujer afroamericana en un campo dominado por hombres blancos, Farish logró convertirse en un referente para otras mujeres y personas de color en la industria.

En su vida personal, Farish se casó y tuvo dos hijos. También fue una activista por los derechos civiles y trabajó en diversas organizaciones, incluyendo la Liga Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) y la Comisión de Equidad de Empleo de Nueva York.

Margaret E. Farish falleció en 2006 a los 85 años de edad, dejando un legado como pionera en la tecnología y una defensora de la igualdad y la justicia.

Relaciones amorosas

Paul Birch

Paul Birch

Esposo de Margaret E. Farish

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Margaret y Paul se conocieron en una fiesta en la ciudad de Nueva York. Él estaba hablando con algunos amigos cuando ella se acercó a saludar a uno de ellos, que resultaba ser su conocido. Él notó su vestido elegante y la belleza de sus ojos azules. Pronto comenzaron a conversar animadamente y a reírse de las ocurrencias de la noche. Margaret quedó impresionada por la inteligencia y el sentido del humor de Paul, y él por la gracia y la vivacidad de ella. La noche pasó volando en su compañía, disfrutando de la música, las bebidas y las conversaciones. Al final de la fiesta, Paul le pidió su número de teléfono a Margaret, diciéndole que le gustaría volver a verla. Ella aceptó con una sonrisa, feliz de haber conocido a alguien tan interesante y simpático. Desde entonces, comenzaron a salir juntos y a conocerse mejor, descubriendo que compartían muchos gustos y valores. Su amistad creció hasta convertirse en un amor profundo y sincero, que perduraría a lo largo de los años.