Maria d'Este, también conocida como Mary de Modena, nació el 5 de octubre de 1658 en el Palacio Ducal de Módena, Italia. Era hija de Alfonso IV de Módena y Laura Martinozzi.
En 1673, María se casó con Jacobo, Duque de York, hermano del rey Carlos II de Inglaterra. La pareja no tuvo hijos durante los primeros años de su matrimonio, lo que provocó preocupación en la corte británica. Finalmente, en 1688, María dio a luz a un hijo, James Francis Edward Stuart, quien fue el último católico en ser reconocido como pretendiente al trono de Inglaterra.
María jugó un papel político importante durante el reinado de su esposo como Jacobo II de Inglaterra, y luchó por los derechos y la protección de los católicos en un país predominantemente protestante. Sin embargo, el reinado de Jacobo II fue breve y tumultuoso, y la pareja tuvo que huir del país después de la Revolución Gloriosa en 1688.
María murió en 1718 en París, Francia, después de haber pasado gran parte de su vida en el exilio. A pesar de los desafíos y las adversidades que enfrentó, María es recordada como una esposa dedicada y una figura importante en la historia política y religiosa de Inglaterra de la época.
Ranuccio II Farnese, duque de Parma, y Maria d'Este tuvieron una relación difícil y turbulenta. Ranuccio era el duque de Parma desde 1646 y se casó con Maria, hija del duque de Módena, en 1660. Sin embargo, su matrimonio estuvo marcado por la infidelidad, las discusiones y el desdén.
Maria era conocida por su belleza y su inteligencia, su afición por la literatura y la poesía, y su independencia de pensamiento. En contraste, se decía que su esposo era un hombre rudo y violento. Después de solo unos años de matrimonio, Maria se hizo amiga de un astrónomo y matemático llamado Giuseppe Biancani, con quien se decía que tenía una relación sentimental. Ranuccio se enfureció y ordenó su encarcelamiento, aunque finalmente la dejó en paz después de que ella suplicara perdón.
A pesar de este incidente, María siguió adelante en su propia senda, dedicándose a la educación de sus hijos y al mecenazgo artístico y literario. También formó parte de una intrigante corte que favoreció a los intereses del duque de Saboya, su cuñado, en la región de Emilia-Romagna. Ranuccio, por su parte, asumió varias conquistas militares y políticas, incluida la anexión de territorios que pertenecían a la Iglesia.
El matrimonio de Maria y Ranuccio duró más de veinte años, hasta que ella murió en 1684. Se dice que Ranuccio quedó devastado por su muerte y que escribió varios poemas en su honor. A pesar de sus problemas y dificultades, la relación entre Maria y Ranuccio dejó un legado cultural significativo en la región de Parma y continúa siendo objeto de estudio e interés por parte de historiadores y literatos.