Mária Fazekas fue una escritora y periodista húngara nacida en 1925 en Budapest.
En 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, fue detenida y deportada junto a su familia a un campo de concentración en Alemania. A pesar de sobrevivir a esta experiencia, su madre y una hermana fallecieron en el campo.
Después de la guerra, estudió Literatura y Filosofía en la Universidad de Budapest y comenzó a trabajar como periodista, colaborando con varias publicaciones húngaras y extranjeras.
En 1950, fue expulsada del Partido Socialista Obrero Húngaro por criticar la política del régimen comunista. A partir de entonces, fue perseguida y vigilada por la policía secreta y prohibió la publicación de sus obras.
En 1957, emigró a Francia, donde continuó escribiendo y publicando. Su obra literaria se centró principalmente en la historia de su país y en las dificultades que enfrenta la mujer en la sociedad húngara.
Murió en 1962 en su casa en París a los 37 años, dejando una obra literaria corta pero impactante en la literatura húngara del siglo XX.
María y András se conocieron en una exposición de arte contemporáneo en Budapest. Ambos estaban admirando una pintura cuando András hizo un comentario sobre el uso del color. María se sintió atraída por su conocimiento y pasión por el arte, y comenzaron una conversación sobre sus artistas favoritos y sus obras más inspiradoras. Después de la exposición, decidieron tomar un café juntos y continuaron hablando durante horas. Desde entonces, no se han separado y comparten una gran pasión por el arte y la creatividad.
Gabor y Maria se conocieron en una cálida tarde de verano en Budapest. Ambos caminaban por el mismo parque cerca del río Danubio, disfrutando del sol y de la belleza del lugar. Cuando se cruzaron, sus miradas se encontraron y una chispa surgió en el aire. Comenzaron a conversar y descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su pasión por la música y el arte. Poco a poco, se fueron conociendo y descubrieron que el uno era el complemento perfecto para el otro. Con el tiempo, su amistad se convirtió en amor y se juraron amor eterno en ese mismo parque, bajo la sombra de un viejo árbol. Desde entonces, han caminado juntos por la vida, compartiendo alegrías y tristezas, construyendo una historia que nunca olvidarán.