Mariya Gorban es una joven activista rusa que nació en 1997. Desde muy joven, mostró un gran interés por la defensa de los derechos humanos y la justicia social.
En su adolescencia, Mariya comenzó a involucrarse en las protestas y movimientos que surgían en Rusia en contra del gobierno de Vladimir Putin y su política represiva hacia la disidencia y la libertad de expresión.
En 2018, Mariya fundó junto a otros activistas el movimiento "Deystvuy!", que significa "Actúa!" en ruso, con el objetivo de movilizar a los jóvenes y la sociedad civil en defensa de sus derechos y libertades.
Este movimiento ha organizado numerosas manifestaciones y protestas pacíficas en Moscú y otras ciudades rusas, exigiendo reformas políticas y el fin de la represión contra los disidentes.
Mariya Gorban ha sido detenida varias veces por las autoridades rusas por su labor como activista, lo que ha generado preocupación y condena internacional por su situación y la de otros activistas en Rusia.
A pesar de la represión y el acoso, Mariya sigue comprometida con su lucha por la justicia y la democracia en Rusia, y sigue trabajando para movilizar a la sociedad civil en defensa de sus derechos y libertades.
Un día, Maria estaba caminando por las calles de su ciudad natal cuando de repente vio una obra magnífica en una galería de arte. Sin pensarlo dos veces, entró y se encontró con Oleg Filatov, el artista detrás de esa maravilla.
Los dos artistas comenzaron a hablar, intercambiando ideas y opiniones sobre el arte y la vida. Descubrieron que compartían la misma pasión y dedicación al trabajo creativo y, como resultado, se hicieron buenos amigos.
María y Oleg comenzaron a colaborar en proyectos y exhibiciones juntos, siempre animándose y apoyándose mutuamente. Su conexión artística y personal se fortaleció con el tiempo y, desde entonces, han trabajado juntos en muchas ocasiones, creando arte increíble que inspira a la gente en todo el mundo.
Damián Gorawski conoció a María Gorban en una exposición de arte en una galería de Buenos Aires. Él quedó inmediatamente impresionado por la belleza y elegancia de la joven artista. Durante todas las exposiciones en las que se encontraban, Damián no podía evitar observar con detenimiento las obras de María, cada pintura era un nuevo mundo de detalles y emociones.
En uno de los eventos, se animó a acercarse a ella, le preguntó su nombre y comenzaron a hablar sobre sus trabajos. Descubrieron que compartían una visión artística muy similar y una gran pasión por la pintura. Después de aquel encuentro casual, se intercambiaron sus teléfonos y comenzaron a salir juntos.
Desde ese día se convirtieron en una pareja inseparable, cada día buscando la forma de enriquecer su relación, visitando exposiciones de arte, compartiendo experiencias, creando nuevas ideas para sus proyectos y disfrutando de su amor mutuo. Ahora, son reconocidos en el mundo del arte como un dúo de éxito e inspiración en todo el continente.