María Socas nació en 1907 en Uruguay. Era hija de inmigrantes italianos y creció en una familia muy humilde. A pesar de las dificultades económicas, Socas logró terminar la escuela primaria y consiguió trabajo como modista. Más tarde, trabajó como cocinera y sirvienta en casas de familias acomodadas. En 1927 se casó con Gregorio Álvarez, un hombre de ascendencia española. La pareja tuvo tres hijos. Durante la década de 1930, Socas comenzó a involucrarse en movimientos sociales y políticos en defensa de los derechos de los trabajadores. Fue una de las fundadoras del Partido Comunista de Uruguay. En 1939, con la llegada al poder del gobierno de Gabriel Terra, el Partido Comunista fue declarado ilegal. Socas y su esposo, junto a otros militantes, fueron perseguidos y encarcelados. En prisión, Socas sufrió torturas y maltratos. Tras su liberación, Socas continuó luchando por sus ideales. Trabajó en la organización de sindicatos y en la defensa de los derechos de las mujeres. En 1955, durante la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay, Socas se exilió en Argentina. Allí continuó participando en actividades políticas y sociales. En 1972 se trasladó a Francia, donde vivió hasta su muerte en 1996.