Maria Vorobieff-Stebelska (1892-1980) fue una artista rusa conocida por su trabajo en el cubismo y el surrealismo. Nació en Polonia y creció en San Petersburgo, donde asistió a la Academia Imperial de las Artes.
En la década de 1910, se mudó a París y se unió al círculo de artistas avant-garde, donde conoció a figuras como Pablo Picasso y Georges Braque. Vorobieff-Stebelska se interesó por el cubismo y desarrolló un estilo propio, con una paleta de colores brillantes y formas geométricas audaces.
En la década de 1920, se mudó a Berlín y participó en el movimiento Dada, antes de trasladarse a Estados Unidos en 1923. Allí continuó explorando sus ideas sobre la forma y la perspectiva en sus pinturas, que se inspiraban en el arte popular y la cultura de masas.
Sin embargo, con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Vorobieff-Stebelska regresó a Europa y se estableció en la región de Luberon, en el sur de Francia. Allí continuó su trabajo artístico, pero también se dedicó a la jardinería y la apicultura.
Tras su muerte en 1980, su obra resurgió en interés del público y ha sido expuesta en museos de todo el mundo. Vorobieff-Stebelska es recordada como una pionera del cubismo y una figura importante en la historia del arte moderno.
Diego Rivera y María Vorobieff-Stebelska, también conocida como Marevna, tuvieron una relación amorosa en la década de 1920. Marevna era una artista rusa que llegó a París en 1912 y se convirtió en parte de la comunidad artística de la ciudad. Fue allí donde conoció a Rivera, quien también estaba viviendo en París en ese momento.
Rivera y Marevna compartían un interés común por el arte y la política, y su relación se desarrolló rápidamente. Rivera consideraba a Marevna como una de sus musas y la pintó en varias ocasiones. Sin embargo, su relación fue tumultuosa y finalmente terminó en 1925 después de varios rompimientos y reconciliaciones.
A pesar de la ruptura, Rivera y Marevna mantuvieron una amistad y siguieron siendo colaboradores artísticos. Marevna permaneció en contacto con Rivera durante toda su vida, incluso después de su regreso a México y su posterior matrimonio con Frida Kahlo.
En resumen, Diego Rivera y María Vorobieff-Stebelska tuvieron una relación romántica en la década de 1920 que terminó en 1925, pero continuaron siendo amigos y colaboradores artísticos durante el resto de sus vidas.