Marie Curie nació en Polonia en 1867 y se mudó a Francia para estudiar en la Universidad de París. Con su esposo, el físico Pierre Curie, descubrió los elementos radiactivos polonio y radio en 1898, por lo que recibieron el Premio Nobel de Física en 1903.
Después de la muerte de Pierre en 1906, Marie continuó su investigación pionera en radiactividad y se convirtió en la primera mujer en recibir un doctorado en física en la Universidad de París. En 1911, recibió su segundo Premio Nobel, esta vez en el campo de la Química.
Durante la Primera Guerra Mundial, dedicó su tiempo y conocimientos para ayudar a los médicos a utilizar la radiografía para identificar lesiones en los soldados heridos, transformando la atención médica para siempre. En 1934, murió de leucemia como consecuencia de su exposición a la radiación.
Marie Curie sigue siendo un ícono en la ciencia y es admirada por su trabajo pionero en radiactividad. Su descubrimiento ha tenido un profundo impacto en la medicina, la física y la industria, y ha abierto el camino para futuros avances en la tecnología y la investigación científica.
Marie Currie y Steve Lukather se conocieron de casualidad en un pequeño café en París. Marie estaba sentada en una mesa, revisando algunos documentos importantes mientras disfrutaba de un café solo. De repente, Steve entró en el establecimiento para tomar un descanso de su agitada gira de conciertos.
Cuando Steve se sentó en la mesa vecina a Marie, notó que estaba un poco nerviosa. Pensando que podría ayudar, comenzó a conversar con ella y pronto descubrió que era una científica muy talentosa y respetada. Sorprendido por su inteligencia y entusiasmo, decidió invitarla a su próximo concierto en la ciudad.
Marie aceptó felizmente la oferta y, después del concierto, hablaron largo rato sobre sus propias pasiones y trabajos. Desde ese día, se hicieron muy buenos amigos y continuaron compartiendo sus áreas de experiencia y experiencia profesional a lo largo de sus vidas.