Marilyn Miller Scott fue una mujer afroamericana que nació en 1935 en el estado de Alabama, Estados Unidos. Desde muy joven se interesó por la música y aprendió a tocar el piano y a cantar de manera autodidacta. A principios de los años 50 se trasladó a Nueva York para perseguir su carrera musical y allí empezó a trabajar como corista en diferentes espectáculos. En 1953, Scott llamó la atención del legendario trompetista Dizzy Gillespie, quien la contrató para formar parte de su banda y la bautizó como "la sensación vocal del momento". Juntos realizaron giras por Estados Unidos y Europa y grabaron varios discos, convirtiéndose en una de las colaboraciones más destacadas del jazz moderno. Tras su paso por la banda de Gillespie, Scott continuó su carrera musical en solitario y se consolidó como una de las artistas más importantes del jazz, destacando por su versatilidad vocal y su estilo elegante y sofisticado. A lo largo de su trayectoria, colaboró con algunos de los músicos más prestigiosos del género, como Count Basie, Duke Ellington o Quincy Jones. A pesar de su éxito profesional, la vida personal de Scott estuvo marcada por diversas dificultades, incluyendo problemas de salud y relaciones personales complicadas. En 1981 falleció de cáncer de mama a los 46 años, dejando un legado musical impresionante y siendo recordada como una de las grandes voces femeninas del jazz.