Marjorie Kummer nació en 1934 en la ciudad de Nueva York. Fue una artista y educadora conocida por su trabajo en serigrafía y pintura. Después de graduarse de la Universidad de Columbia, comenzó a enseñar arte en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, donde trabajó durante treinta años.
Kummer fue una pionera en la técnica de la serigrafía, en la que se utilizan varias capas de tinta para crear una imagen. Su trabajo a menudo presentaba figuras humanas y animales, junto con formas abstractas. También fue influenciada por la cultura africana y trabajó con temas relacionados con la lucha por la igualdad racial.
Kummer recibió numerosos premios y honores en su carrera, incluido el Premio del Gobernador del Estado de Nueva York en 1976 y una beca de la Fundación Nacional para las Artes. Su obra se encuentra en colecciones permanentes de varios museos, entre ellos el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Kummer falleció en 2018 a los 83 años, pero su legado como artista y educadora continúa inspirando a muchas personas.
Marjorie Kummer y Roland Young fueron una pareja romántica durante un tiempo en Hollywood en los años 30. Kummer era una actriz estadounidense que apareció en varias películas de la época, mientras que Young era un actor inglés conocido por su papel en la película "Topper".
La pareja se conoció en Hollywood y comenzó a verse en secreto, ya que Young estaba casado en ese momento. Sin embargo, la relación se hizo pública cuando la esposa de Young solicitó el divorcio y se negó a otorgarle la custodia de su hijo, citando la relación con Kummer como la razón de su separación.
La relación entre Kummer y Young se puso a prueba cuando Kummer fue diagnosticada con tuberculosis y tuvo que retirarse temporalmente de la actuación para recuperarse. A pesar de las dificultades, la pareja permaneció unida y finalmente se casó en 1934.
Sin embargo, la felicidad de la pareja fue de corta duración, ya que Kummer murió en 1935 a causa de complicaciones de su enfermedad. Young quedó devastado por la pérdida y se retiró temporalmente de la actuación para recuperarse emocionalmente.
A pesar del final trágico de su relación, la historia de amor entre Marjorie Kummer y Roland Young quedó como una lección de amor verdadero y del poder del compromiso.