Mark Alan Schwartz fue un empresario estadounidense que se desempeñó como ejecutivo en varias compañías, incluyendo Enron, donde ocupó el cargo de director financiero adjunto. Schwartz fue acusado de fraude y conspiración en relación con el colapso de Enron en 2001, y fue sentenciado a seis años de prisión en 2006 después de declararse culpable de un cargo criminal. Después de su liberación, Schwartz se involucró en organizaciones sin fines de lucro y en la defensa de los reclusos y otros problemas sociales. En 2020 falleció a los 62 años.
Un día soleado en la playa, Mark estaba surfeando con su tabla mientras Alan y Schwartz jugaban vóley en la arena. De repente, una pelota perdida cayó al agua y Ola, que había estado tomando el sol, se ofreció a recuperarla.
Mark la observó mientras nadaba hacia la pelota y quedó asombrado por su habilidad acuática. Cuando Ola entregó la pelota a Alan, los cuatro comenzaron a charlar y descubrieron que compartían la misma pasión por los deportes.
Después de un día divertido en la playa, Mark, Alan y Schwartz invitaron a Ola a unirse a su equipo de vóley y juntos comenzaron a entrenar y competir en torneos locales. Desde entonces, han sido inseparables, compartiendo no solo su amor por los deportes, sino también sus amistades y aventuras.