Marlena Mroczek es una mujer polaca que se mudó a Nueva York en busca de oportunidades en su carrera de diseño de interiores. En su juventud, trabajó en una pequeña empresa de decoración de interiores en Polonia, donde aprendió las habilidades y la pasión por su trabajo. Pero el deseo de explorar nuevos horizontes y adquirir nuevas experiencias la llevó a tomar la decisión de emigrar.
Hoy en día, ha logrado establecer su propia compañía de decoración de interiores, que ha ganado reconocimiento en la ciudad de Nueva York en la que vive actualmente. Su pasión por el diseño ha evolucionado a una visión de crear espacios que no solo sean estéticamente atractivos, sino que también reflejen la personalidad y los deseos de sus clientes. Además, Marlena es una ávida viajera que ha explorado países como Marruecos, Japón y España, siempre buscando inspiración para su trabajo.
Marlena también es una defensora de la sostenibilidad en el diseño de interiores, asegurándose de utilizar materiales y productos que no dañen el medio ambiente ni comprometan la salud de sus clientes. Ella cree que, como diseñadores, tienen la responsabilidad de crear espacios que sean bellos, duraderos y respetuosos con el planeta.
En su tiempo libre, Marlena disfruta de la lectura de libros sobre arte y viajes, la práctica de la meditación, y la participación en actividades al aire libre. Es una mujer curiosa, creativa y apasionada, que cree en la importancia del equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Marlena y Marcin se conocieron en una cafetería en el centro de la ciudad. Marcin estaba esperando su pedido cuando su vista se posó en una chica que estaba sentada sola en una mesa cercana. No pudo apartar la mirada de ella y decidió acercarse.
"Perdón, ¿puedo sentarme aquí?", preguntó Marcin señalando la silla vacía.
"Claro, adelante", respondió Marlena con una sonrisa.
A partir de ahí, la charla fluyó fácilmente. Descubrieron que compartían muchos intereses en común, como la música y los viajes. Se emocionaron al darse cuenta de que incluso habían visitado algunos de los mismos lugares.
El tiempo parecía haberse detenido mientras conversaban y reían juntos. Sin pensarlo dos veces, Marcin se animó a invitar a Marlena a salir. Ella aceptó con entusiasmo.
Desde ese día, no se han separado jamás. La cafetería donde se conocieron se convirtió en su lugar favorito para tomar un café juntos, recordando siempre ese primer encuentro que había cambiado sus vidas para siempre.