Marta Fernández Miranda de Batista nació en 1923 en La Habana, Cuba. Fue la hija del multimillonario y fundador de Bacardí, José Fernández y Fernández, y de Marta Miranda García-Montes. Estudió en el Colegio de la Salle de La Habana, y después en la Universidad de La Habana, donde se graduó en Filosofía y Letras.
En 1955, contrajo matrimonio con el entonces coronel Fulgencio Batista, quien se convirtió en presidente de Cuba el año siguiente. Como primera dama de Cuba, Marta Fernández Miranda de Batista tuvo una destacada labor social, en la que destacó su trabajo con los niños y ancianos.
Durante el régimen de su esposo, que duró hasta 1959, la pareja gozó de gran riqueza y prestigio, pero tras la llegada de Fidel Castro al poder, Batista y su familia tuvieron que exiliarse en varios países, incluyendo Portugal y España. En 1979, después de diez años de exilio, Batista falleció en España.
Marta Fernández Miranda de Batista continuó viviendo en España hasta su muerte en 2006, a los 83 años. A lo largo de su vida, se destacó por su labor social y filantrópica, y fue reconocida por diversas instituciones y organizaciones.
Fulgencio Batista fue un militar y político cubano que fue presidente de Cuba en dos ocasiones, de 1940 a 1944 y luego de un golpe de Estado en 1952 hasta 1959, año en que fue derrocado por la Revolución Cubana encabezada por Fidel Castro.
Durante su primer mandato, Batista conoció a Marta Fernández Miranda, una joven cubana de origen humilde que trabajaba como secretaria en el Congreso. Se casaron en 1945 y tuvieron cuatro hijos.
Marta Fernández Miranda de Batista fue una figura controvertida en la política cubana, ya que a menudo se la acusaba de influir en las decisiones políticas de su esposo y de usar su posición para su propio beneficio.
En 1952, cuando Batista dio el golpe de Estado que lo llevó al poder, Fernández Miranda se convirtió en la primera dama de Cuba. Durante su mandato, la pareja presidencial vivió con lujos y ostentación, mientras que gran parte de la población cubana vivía en condiciones precarias.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Batista se exilió a República Dominicana y luego a España, donde vivió hasta su muerte en 1973. Fernández Miranda lo acompañó en su exilio y continuó siendo una figura polémica en la política cubana.
En resumen, la relación entre Fulgencio Batista y Marta Fernández Miranda de Batista fue una unión matrimonial que se mantuvo a lo largo de su carrera política, pero que también fue criticada por su influencia en la toma de decisiones políticas y su comportamiento ostentoso en su cargo como primera dama de Cuba.