Mary Beth Peil es una actriz y cantante estadounidense nacida el 25 de junio de 1940 en Davenport, Iowa. Comenzó su carrera como cantante de ópera, actuando en numerosas producciones de ópera y conciertos durante los años 60 y 70.
En 1985, Peil hizo su debut en Broadway en la producción de "The King and I", papel que repitió en la producción de Londres en 1987. Continuó trabajando en teatro, cine y televisión, con papeles en shows como "Dawson's Creek", "The Good Wife" y "The Blacklist".
Sin embargo, fue su papel en la serie de televisión "El cuento de la criada" de Hulu, en el que interpretó a la tía Lydia, lo que le valió una nominación a los Premios Emmy en 2018. También ha ganado varios premios y reconocimientos como actriz y cantante, incluyendo la nominación a un premio Tony por su actuación en la producción de "The King and I" en 2015.
Mary-Beth-Peil y Jerry Kirkbride se conocieron en una audición para una obra de teatro en Nueva York. Ambos llegaron al casting con mucha anticipación, nerviosos y emocionados de tener la oportunidad de impresionar a los productores y ganar un papel importante en la obra.
Cuando Mary-Beth llegó al lugar, se le permitió entrar al casting por una puerta lateral que conducía directamente al auditorio, mientras que Jerry tuvo que esperar en una sala de espera con otros actores. Pero a pesar de la espera, Jerry no se desanimó y se mantuvo enfocado en su objetivo.
Finalmente, cuando los productores le dieron la oportunidad de presentarse, Jerry caminó con confianza hacia la sala de audiciones y se dejó llevar por la emoción del momento. Sin embargo, cuando terminó su audición, se sintió insatisfecho con su actuación.
Afortunadamente, después de que todos los demás actores se presentaron, los productores le dieron una segunda oportunidad a Jerry para volver a audicionar. Y así, cuando Jerry salió de la sala de audiciones por segunda vez, se encontró con Mary-Beth, quien lo felicitó por su actuación y le dijo que ella también había tenido una segunda oportunidad.
Después de eso, los dos comenzaron a conversar, encontrando muchas cosas en común, como el amor por la actuación, la música y las artes en general. Y aunque no ganaron los papeles que buscaban, Mary-Beth y Jerry ganaron algo mucho más valioso: una amistad duradera que perduró a lo largo de los años.