Mary Josephine Mae Coughlin, también conocida como "la reina de la mafia", fue una influyente líder femenina de la Mafia de Chicago en la década de 1920. Nacida en 1891 en Nueva York, se casó a los 23 años con el gángster de Chicago Joseph Coughlin. Luego de la muerte de su esposo en 1926, Mary tomó el control de sus negocios ilegales y se convirtió en una figura importante del crimen organizado. Coughlin fue conocida por su astucia y habilidad para gestionar sus negocios en un mundo dominado por hombres. Fue propietaria de varios clubes nocturnos, bodegas y tiendas de juego, donde se llevaron a cabo actividades ilícitas como el juego, el tráfico de alcohol y la prostitución. En 1930, Coughlin fue arrestada por evasión de impuestos y condenada a tres años de prisión. A su liberación, en 1933, se retiró de la vida criminal y se dedicó a la gestión de su negocio legítimo de transporte de alimentos. Murió en 1970 a la edad de 78 años. A pesar de su vida delictiva, Mary Josephine Mae Coughlin fue admirada y respetada por muchos en la comunidad del crimen organizado como una mujer fuerte y astuta que desafió los roles de género de su época.