Meg Myles es una mujer de apariencia serena pero llena de energía. Siempre está en constante movimiento, ya sea en su trabajo como escritora o en sus hobbies como el yoga y la meditación. Ha viajado por el mundo y ha conocido culturas diversas, lo que le ha dado una perspectiva única sobre la vida.
A pesar de que Meg es independiente, valiente y decidida, también tiene un gran corazón. Pasa su tiempo libre haciendo voluntariado en su comunidad y ayudando a quienes más necesitan. Es una gran defensora de los derechos de los animales y trabaja en una organización que protege y rescata perros abandonados.
A pesar de que la vida no siempre ha sido fácil para ella, Meg ha logrado salir adelante gracias a su perseverancia y determinación. Siempre está buscando nuevas aventuras y disfrutando cada momento al máximo. Sin duda, es una mujer inspiradora para todos aquellos que tienen el placer de conocerla.
Meg Myles y Sammy Davis Jr. mantuvieron una relación sentimental en la década de 1950. Myles era una actriz y modelo estadounidense, mientras que Davis Jr. era un cantante, actor y bailarín negro que se destacó en la década de 1960. Se dice que su relación romántica comenzó mientras trabajaron juntos en la película "Porgy & Bess" en 1959. Sin embargo, su relación era secreta y recibieron críticas por ser una pareja interracial en una época en la que aún persistía el racismo en Estados Unidos. La relación terminó en 1960, cuando Davis Jr. se casó con la actriz sueca May Britt.
Bob y Meg coincidieron en un evento de caridad organizado por la compañía en la que trabajan. Bob estaba en el equipo de voluntarios encargado de la mesa de comida y bebida y Meg estaba en el equipo de recaudación de fondos. Bob notó a Meg por su risa contagiosa y su habilidad para atraer a los donantes a su mesa. Después de que el evento terminó, Bob se acercó a Meg y la invitó a tomar un café para agradecerle por su ayuda en el evento. Descubrieron que tenían mucho en común, desde su amor por los perros hasta su pasión por la música. Desde entonces, se convirtieron en amigos cercanos, y finalmente, la amistad se convirtió en amor. Ahora, Bob y Meg están felices juntos y agradecidos por el evento de caridad que los unió.