Mialy ?

Mialy se despertó temprano, sabía que tenía un día ajetreado por delante. Hacía tiempo que había dejado su trabajo rutinario de oficina porque quería dedicarse a lo que realmente le gustaba: la repostería. Esta mañana tenía una reunión con un posible cliente para cerrar un contrato de catering para una boda. Mialy se aseguró de que todo estuviera perfecto, desde su aspecto personal hasta la presentación de las muestras de postres que llevaría. Luego, se reunió con su equipo de trabajo, conformado por sus dos hijas adolescentes, quienes también habían heredado la pasión por la repostería. Juntas trabajaron en los pedidos que tenían pendientes y ensayaron nuevas recetas. Al final del día, Mialy estaba agotada pero satisfecha. Había logrado cerrar el contrato y había contribuido a la formación profesional de sus hijas. Mialy no podía estar más orgullosa de sí misma y de su familia.