Miloš J. Obrenović fue el fundador de la dinastía serbia que gobernó el país en dos ocasiones diferentes. Nació en 1780 y fue educado en Rusia y Austria. En 1815 lideró una revuelta contra los turcos otomanos y se convirtió en el Príncipe de Serbia. Durante su mandato mejoró la seguridad y estabilidad política, la economía y las relaciones internacionales de Serbia. En 1839 abdicó del trono, pero en 1858 fue restaurado por su pueblo y la comunidad diplomática. Durante su segundo mandato, se centró en modernizar la economía y la administración, construir infraestructuras y establecer relaciones con las grandes potencias. Miloš J. Obrenović murió en 1860, pero su legado se mantuvo en su familia, con su hijo Mihailo y su nieto Milan también en el trono serbio. Es considerado como uno de los principales líderes serbios de la época y un importante defensor de la independencia y la soberanía del país.