Moise Kisling fue un artista polaco-francés nacido en Cracovia en 1891 y fallecido en Sanary-sur-Mer en 1953.
Comenzó a estudiar arte en Cracovia en 1905, pero en 1910 decidió mudarse a París para continuar su formación. Entre sus maestros se encontraron Henri Matisse y André Derain.
Kisling se instaló en Montparnasse y rápidamente se integró en el ambiente artístico de la época. Fue uno de los fundadores de la École de Paris, un movimiento artístico que agrupaba a artistas extranjeros que vivían en la ciudad y que tuvo una gran influencia en el desarrollo del arte moderno.
Su obra evolucionó del fauvismo al cubismo, y posteriormente a estilos más figurativos como el impresionismo y el realismo. Kisling se dedicó principalmente al retrato y al desnudo, y su estilo se caracterizó por una gran sensualidad y una paleta de colores brillantes.
En la década de 1920, Kisling se convirtió en uno de los retratistas más famosos de París, y sus clientes incluyeron a personalidades como Coco Chanel, Jean Cocteau, Pablo Picasso y Ernest Hemingway.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Kisling se mudó a los Estados Unidos, y posteriormente se estableció en Sanary-sur-Mer, en la Costa Azul francesa, donde vivió hasta su muerte en 1953.
Kiki de Montparnasse y Moïse Kisling fueron dos personalidades destacadas en la bohemia parisina de la década de 1920. Kiki, cuyo verdadero nombre era Alice Prin, era una modelo, cantante, bailarina y actriz que se convirtió en musa de diversos artistas de la época. Moïse Kisling, por su parte, era un pintor de origen polaco que se estableció en París en 1910 y participó activamente en el desarrollo del movimiento fauvista y del cubismo.
Kiki y Kisling se conocieron a través de su amistad con Amedeo Modigliani, otro de los artistas que se encontraban en la escena de Montparnasse. Kiki posó para muchos de los cuadros de Kisling, y su figura se convirtió en una de las principales inspiraciones del pintor. De hecho, se dice que Kisling se enamoró de Kiki y que su relación fue de carácter romántico.
Pese a que la relación sentimental entre Kiki y Kisling no fue duradera, sí existió una gran amistad y admiración mutua entre ambos. Kisling siguió pintando a Kiki en diferentes momentos de su carrera, y se convirtió en uno de los artistas más importantes que la retrataron.
La historia de Kiki y Kisling es un ejemplo de los intercambios y la influencia mutua que se dieron entre los artistas que frecuentaban el barrio de Montparnasse en aquellos años de efervescencia artística y cultural en París.