Myers era un hombre trabajador y dedicado. Siempre había sido así, y aunque tenía sus altibajos, se mantenía como una persona integra y honesta a pesar de las dificultades. En su juventud había experimentado algunas cosas que le habían afectado profundamente, pero había encontrado en su trabajo y en su familia la manera de superarlas.
Tenía una esposa amorosa y cuatro hijos a los que adoraba. Se esforzaba por pasar tiempo con ellos a pesar de sus largas jornadas laborales, y se aseguraba de que siempre tuvieran lo que necesitaban. Su hogar era modesto pero acogedor y siempre estaba en constante mejora.
Myers se preocupaba por su comunidad y hacía lo que podía para ayudar a los demás. Era un hombre íntegro y respetado en su barrio, y su compromiso con su familia y su comunidad lo llevaba a ser un modelo a seguir para muchos.
La vida de Myers no era fácil, pero siempre había sido constante y llena de amor. Él creía que un día su trabajo duro y su dedicación serían recompensados.
Mary y Myers se conocieron en un bar de Los Ángeles. Mary acababa de mudarse a la ciudad de Nueva York para buscar trabajo como actriz y estaba haciendo algunas audiciones cuando decidió salir a tomar una copa. Myers era un abogado joven y ambicioso, que había tenido un día difícil en la oficina y necesitaba despejarse. Se fijó en Mary y le preguntó si quería tomar algo con él. Mary aceptó y comenzaron a hablar de sus vidas y de sus proyectos profesionales. Descubrieron que tenían mucho en común y empezaron a verse regularmente. Myers se convirtió en el mejor amigo de Mary y la apoyó en todo lo que necesitaba para triunfar como actriz. Hoy en día, son inseparables y comparten muchos momentos juntos.