Natalie Gal era una mujer apasionada por la danza desde su infancia. Siempre se destacó en su escuela de danza y rápidamente se convirtió en una bailarina profesional reconocida en su país. A los 30 años, decidió abandonar su carrera para dedicarse a su familia y criar a sus hijos. Sin embargo, su amor por la danza nunca desapareció y encontró en el yoga una forma de mantenerse conectada con su cuerpo y su mente. Comenzó a practicar diferentes estilos de yoga y eventualmente se convirtió en instructora certificada. Hoy en día, Natalie trabaja como profesora de yoga a tiempo completo y es conocida por su enfoque holístico y su capacidad para conectar con sus alumnos. Además de enseñar clases regulares, también organiza retiros de yoga en lugares hermosos y tranquilos donde sus estudiantes pueden desconectarse y disfrutar de la naturaleza mientras practican yoga. Para Natalie, la danza y el yoga son una forma de expresión y una forma de conectarse con su cuerpo y su espíritu. Aunque su carrera como bailarina profesional haya terminado, su amor por la danza y la conexión con su cuerpo nunca desaparecerá.