Nathalie Nicloux es una mujer enigmática y de mente ágil. Trabaja como directora creativa en una agencia de publicidad y es reconocida por su habilidad para pensar fuera de la caja y crear campañas innovadoras. Sin embargo, en su tiempo libre, Nathalie se sumerge en la lectura, la meditación y el yoga para despejar su mente y encontrar equilibrio.
A pesar de tener una carrera exitosa, Nathalie valora su tiempo con su familia y amigos más que cualquier otra cosa. Pasa sus fines de semana explorando la naturaleza, disfrutando de la buena comida y conversando sobre temas profundos con las personas con las que se encuentra.
Aunque Nathalie es extrovertida y cariñosa con aquellos que conocen bien, también tiene un lado reservado y misterioso que atrae la curiosidad de los demás. Quizás sean sus ojos serenos o su sonrisa enigmática lo que le confiere una presencia magnética que la distingue de los demás.
Guillermo y Nathalie se conocieron en una conferencia de tecnología en San Francisco hace unos años. Ambos asistieron al evento por motivos de trabajo, pero terminaron compartiendo una mesa en un almuerzo de networking.
En un principio, la conversación fue un poco tensa, ya que Guillermo estaba nervioso por conocer a tantas personas importantes y Nathalie estaba ocupada con su teléfono. Sin embargo, pronto encontraron un tema en común: la pasión por los proyectos de inteligencia artificial.
Guillermo explicó su último proyecto en el que estaba trabajando, mientras Nathalie compartió su experiencia con programas de aprendizaje automático. La discusión se prolongó durante horas y acabaron intercambiando tarjetas de negocios.
Después de la conferencia, Guillermo y Nathalie siguieron conectados online. Se enviaban mensajes, enlazaban publicaciones interesantes en LinkedIn y cuando era posible trabajaban juntos en proyectos.
Finalmente, la amistad y admiración mutua creció, y los dos terminaron fundando una empresa de tecnología en conjunto donde trabajaron juntos en innovaciones que cambiaron el mundo.
Nathalie y Álvaro se conocieron en un festival de música en Chile. Coincidieron en la pista de baile mientras sonaba una canción de Los Tres, la banda de Álvaro, y empezaron a bailar juntos. Nathalie, que era una fanática de la música chilena, reconoció al instante al vocalista y se acercó a él para decirle lo mucho que admiraba su música. Álvaro, impresionado por la pasión de Nathalie, le propuso tomar una cerveza mientras seguían hablando sobre música. Desde entonces, la pareja no se ha separado y han pasado años juntos compartiendo su amor por la música y la cultura chilena.