Nicole Dorsey

Nicole Dorsey había dejado atrás su exitosa carrera en la moda para perseguir su verdadera pasión: la pintura. Ahora dedicaba la mayor parte de su tiempo a crear hermosas piezas de arte abstracto en su estudio en Nueva York. También había tenido la suerte de encontrar el amor en su pareja, un escritor de renombre que la apoyaba plenamente en sus aventuras artísticas. Además, habían adoptado a un perro callejero que ahora era su fiel compañero en sus caminatas y visitas a galerías de arte. Nicole seguía siendo una persona muy activa, practicando yoga y meditando todas las mañanas para mantener su equilibrio emocional y físico. A pesar de enfrentar algunos desafíos en su vida, como la lucha contra la ansiedad, ella seguía adelante con una sonrisa en el rostro y un corazón lleno de gratitud por las bendiciones en su vida.